La OMS denunció que las estadísticas oficiales de China no reflejan el verdadero impacto del brote de COVID

FUENTE: INFOBAE.

El organismo criticó el criterio de las autoridades del régimen chino para contar a los fallecidos y apuntó que los números de admisiones de hospitales y cuidados intensivos también están subrepresentados

La Organización Mundial de la Salud (OMS) criticó este miércoles la nueva definición de China sobre los decesos por COVID, calificándola de “muy reducida”, y afirmó que las estadísticas oficiales no se ajustan al verdadero impacto de la epidemia en el país.

“Creemos que las cifras actuales publicadas por China subrepresentan el impacto real de la enfermedad en términos de admisiones en hospitales, admisiones en cuidados intensivos y sobre todo en términos de decesos”, declaró en rueda de prensa Michael Ryan, responsable en la organización de la gestión de situaciones de emergencia sanitaria.

El gigante asiático enfrenta una oleada de contagios tras el levantamiento de las restricciones de la política de “COVID cero”, que comenzaba a generar inéditas protestas en el país. En varias ciudades se reportan colapsos de hospitales e incluso de crematorios.

Sin embargo, China sólo ha registrado 22 muertes por COVID desde diciembre y ha reducido drásticamente los criterios para clasificar estas muertes, lo que significa que las propias estadísticas de Beijing sobre esta oleada sin precedentes no reflejan la realidad.

Creemos que esa definición es demasiado estrecha”, dijo Ryan, señalando que la definición que Beijing está utilizando “requiere una insuficiencia respiratoria” asociada a una infección por COVID para que una muerte se registre como muerte por la enfermedad.

Pacientes en un hospital saturado en Beijing (China Daily/Reuters)Pacientes en un hospital saturado en Beijing (China Daily/Reuters)

Subrayó que es vital disponer de información precisa sobre cómo se está propagando el virus y el verdadero impacto que está teniendo, y sugirió que los profesionales sanitarios individuales podrían ayudar a proporcionar una imagen más precisa. “No desanimamos a los médicos y enfermeras que informan de estas muertes y estos casos. Tenemos un enfoque abierto para poder registrar el impacto real de la enfermedad en la sociedad”.

Reconoció que China había intensificado su compromiso con la OMS en las últimas semanas, y dijo que “esperamos recibir datos más completos”.

En ese marco, la OMS informó que responsables de salud de China han presentado finalmente datos sobre los casos de COVID al grupo de expertos de la organización, particularmente secuenciaciones del genoma, y subrayó que por ahora no ha identificado en ellos mutaciones del virus, que sigue siendo una de las principales preocupaciones con respecto al brote, además de sus efectos económicos en la economía mundial.

”Ninguna nueva variante o mutación significativa ha sido identificada en los datos de secuenciación públicamente disponibles”, señaló en un comunicado la OMS tras una reunión del grupo de sus expertos sobre la evolución del virus con representantes del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de China (CDC).

En la reunión, celebrada el martes después de numerosas peticiones de la OMS a China para que compartiera más información sobre la situación, se presentaron datos sobre más de 2.000 genomas de positivos recogidos y secuenciados desde el 1 de diciembre de 2022.

El país asiático anunció a finales de diciembre que reabrirá sus fronteras el próximo 8 de enero, por primera vez desde marzo de 2020, lo que ha provocado que varios países hayan decidido en los últimos días exigir a los viajeros procedentes del país asiático test negativos de COVID para viajar a sus territorios.

Beijing calificó el martes de “desproporcionadas” las restricciones que han impuesto varios países a los viajeros procedentes de China, como requerir test negativos a los pasajeros llegados del país asiático.

A partir del domingo, la COVID dejará de ser una enfermedad de categoría A en China, el nivel de máximo peligro y para cuya contención se exigen las medidas más severas, para convertirse en una de categoría B, que contempla un control más laxo, marcando así en la práctica el fin de la política de ‘cero covid’, desmantelada por las autoridades después de que se produjesen protestas.