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La inflación en el país es de 1,2 %, el índice más bajo de la región, debido a los subsidios y el tipo de cambio fijo en la moneda. Los economistas piden al presidente sincerarse sobre la situación financiera.
El jefe de Estado, Luis Arce, hizo un recuento de sus casi dos años de gestión. Habló de economía, de la situación social y política del país. En una entrevista en una radio alteña, afirmó que Bolivia en comparación a la crisis económica que enfrentan otros países es una “isla” que no tiene problemas de devaluación, inflación y recesión.
“Poco a poco hemos ido mejorando en un contexto desfavorable. Bolivia es una isla, todos los países tiene problemas de inflación, devaluación, de recesión y nosotros estamos creciendo y con baja inflación que contrasta con todo lo que se está viviendo en el mundo”, afirmó el presidente, a tiempo de referirse a afanes de “grupos” que pretenden desestabilizar su Gobierno.
No es la primera vez que Arce usa este término. En 2014, mientras era ministro de Economía también comparó la situación económica de los países vecinos que sentían los efectos de la crisis económica, que tenían como epicentro a Europa y Estados Unidos, con el caso boliviano, que no era el mismo.
“Fíjese lo que pasa en Brasil, Argentina, Chile, Perú, Paraguay, hasta en Colombia se empiezan a sentir los efectos de la crisis y Bolivia es una isla, Bolivia sigue creciendo y no lo dice el Ministro de Economía, los organismos internacionales como la CEPAL, la CAF hablan de que Bolivia, este 2014, nuevamente, por segunda vez en menos de cuatro años, va a ser la primera economía de la región”, destacó en ese entonces.
Los primeros seis meses del 2022, la inflación en el país se ubicó en el 1,2 %, una de las cifras más bajas en Suramérica.
El economista Gonzalo Chávez afirmó que la inflación en el Gobierno de Evo Morales y Arce es sumamente baja porque hay subsidios a la gasolina y a varios alimentos como el pan, cuyo precio es bajo. A esto se suma, el tipo de cambio fijo. Estos dos factores “reprimen” la inflación.
“Estas son buenas noticias para la economía boliviana en el corto plazo, pero en algún momento deberíamos sincerar los problemas fiscales y problemas cambiarios que tiene la economía boliviana”, sostuvo el especialista.
El año pasado, según el presidente y exministro de Economía, el país también registró un superavit en balanza comercial, es decir se exporta más de lo importado más allá de las importaciones de gas, donde Bolivia “está muy mal” con Brasil y Argentina porque no existe la cantidad suficiente de hidrocarburos.
Dijo que la política económica ha sido exitosa porque los hogares, especialmente, los más humildes saben que poco a poco la economía ha ido mejorando, que el empleo ha ido apareciendo ya, y poco a poco se ha ido retomando la senda del desarrollo y “por eso los afanes de desestabilizar de algunos grupos y de hacer problemas”.
El mandatario recordó su llegada al Gobierno y en un tono sarcástico dijo que en su despacho no encontró ni un bolígrafo, refiriéndose a lo mal que había dejado la economía el gobierno transitorio de Jeanine Añez.
“Habían proyectos y construcción de carretas paralizados, en fin, todo ello configuraba un panorama sombrío para poder volver a poner en funcionamiento todo, se requería plata y no había. Nos pusimos a trabajar, nosotros sabíamos que (la economía) estaba mal, pero no tan catastrófica”, aseguró en el programa Jach’a Uru de Radio San Gabriel.
Arce aprovechó en anunciar que está en camino una planta de diesel ecológico, una planta de agroquímicos, hospitales y otros.
El Deber