El Deber.
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Moscú anunció este martes que se retirará de la Estación Espacial Internacional (EEI) después de 2024, uno de los pocos proyectos de colaboración conjunta que le quedaban con Washington y otras naciones y que mantenía desde 1998.
La brecha entre Estados Unidos y Rusia llega hasta el espacio.
Moscú anunció este martes que se retirará de la Estación Espacial Internacional (EEI) después de 2024, uno de los pocos proyectos de colaboración conjunta que le quedaban con Washington y otras naciones y que mantenía desde 1998.
Yuri Borisov, el nuevo jefe de Roskosmos, la agencia espacial rusa, dijo que su país construirá una nueva estación y que, mientras tanto, cumplirá con todas sus obligaciones con la EEI.
En una reunión con el presidente ruso, Vladimir Putin, Borisov afirmó que se había tomado la decisión de abandonar el proyecto en un plazo de dos años.
«Creo que para este momento comenzaremos a armar una estación orbital rusa», dijo Borisov, y agregó que la nueva estación era la principal prioridad de su agencia.
«Bien», respondió Putin.
En su reunión con el mandatario, Borisov indicó que la nueva estación brindará a Rusia los servicios espaciales necesarios para la vida moderna, por ejemplo, navegación y transmisión de datos.
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Consecuencias
No está claro de inmediato qué significa la decisión para el futuro de la EEI, y un alto funcionario de la NASA le dijo a Reuters que la agencia estadounidense no había sido informada oficialmente de los planes de Rusia.
La cooperación en la Estación entre Rusia y EE.UU. parecía relativamente indemne pese a la guerra en Ucrania, y los dos países firmaron un acuerdo a principios de este mes para permitir que los cosmonautas rusos viajen a la estación en naves espaciales estadounidenses y viceversa.
Sin embargo, las relaciones bilaterales entre los dos países se han deteriorado desde que Rusia invadió Ucrania, y el Kremlin amenazó previamente con abandonar el proyecto debido a las sanciones occidentales en su contra.
La EEI, un proyecto conjunto en el que participan cinco agencias espaciales, ha estado en órbita alrededor de la Tierra desde hace más de dos décadas y se ha utilizado para realizar miles de experimentos científicos.
Está aprobada para operar hasta 2024, pero EE.UU. quiere extender el proyecto por seis años más con el acuerdo de todos los socios.
La guerra también ha afectado a otras áreas de cooperación entre Rusia y Occidente. La Agencia Espacial Europea (ESA) finalizó su colaboración con Roskosmos para lanzar un robot a Marte, y Rusia detuvo los lanzamientos de su nave espacial Soyuz desde un sitio de lanzamiento de la ESA en la Guayana Francesa.
La Unión Soviética y Rusia tienen una larga historia de exploración espacial, y logros como poner al primer hombre en el espacio en 1961 siguen siendo motivo de orgullo nacional.
Una decisión problemática
Análisis de Jonathan Amos, corresponsal de Ciencia de la BBC
Los rusos han estado haciendo ruido sobre su potencial retirada de la EEI durante algún tiempo, pero no está claro qué tan seria es realmente esa decisión.
Han hablado de construir su propio puesto de avanzada, la estación de servicio orbital rusa, pero requeriría un compromiso financiero que el gobierno ruso no ha mostrado para las hazañas espaciales existentes en el país.
Ciertamente, los laboratorios rusos en la EEI están envejeciendo, pero la opinión de los ingenieros es que los módulos pueden funcionar hasta 2030.
Si Rusia se va, no hay duda de que sería problemático. La estación está diseñada de tal manera que los socios dependen unos de otros.
El lado estadounidense de la EEI proporciona la energía; el lado ruso proporciona la propulsión y evita que la plataforma caiga a la Tierra.
Si se retira esa capacidad de propulsión, EE.UU. y sus otros socios (Europa, Japón y Canadá) deberán idear otros medios para impulsar periódicamente la estación más alto en el cielo, algo que podrían hacer los cargueros robóticos estadounidenses.