BBC.
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La visita de la presidenta de la Cámara Representante de EE.UU. Nancy Pelosi, a Taiwán en medio de advertencias del gobierno chino y del malestar de la Casa Blanca es apenas la última en una larga historia de confrontaciones de la líder demócrata con el gobierno de Pekín.
«Es una visita provocadora en parte porque quien hace la visita es Nancy Pelosi», dice Celia Hatton, la editora de Asia Pacífico para el servicio mundial de la BBC.
Primero, por el cargo que ostenta: como líder de la Cámara de Representantes, Pelosi es la segunda en línea de sucesión a la presidencia. Es decir, sería Pelosi quien asumiría como jefe del ejecutivo en caso de que falten tanto el presidente Joe Biden, como la vicepresidenta Kamala Harris.
Esto hace que Pelosi sea la autoridad estadounidense de más alto rango en visitar Taiwán en los últimos 25 años.
Y en segundo lugar, por la historia de incidentes en los cuales Pelosi criticó de manera frontal al gobierno del Partido Comunista de China por supuestos abusos a los derechos humanos.
La mayoría de los expertos coincide en afirmar que el enfrentamiento con China comenzó en 1991, apenas dos años después de que el gobierno chino hubiera puesto un violento fin a las protestas multitudinarias de la plaza de Tiananmen.
Pelosi, quien en el momento era congresista por el 5to distrito de California, visitó la plaza y desveló un estandarte honrando a los caídos durante las protestas.
La periodista de la BBC en Singapur Melissa Zhu asegura que luego de ese incidente, el gobierno chino la ha acusado de divulgar «mentiras y desinformación».
«Nancy Pelosi ha hablado del tema de derechos humanos en China desde 1991 cuando desveló el estandarte en la plaza Tiananmen», aseguró Celia Hatton, la editora de Asia Pacífico para el servicio mundial de la BBC.
«Eso enfureció a China entonces y continúa enfureciéndole ahora, a tal punto que el mote de Nancy Pelosi en chino es ‘la vieja bruja’,» agregó.
La «masacre de Tiananmen»
La noche del 3 al 4 de junio de 1989, el Ejército chino recibió la orden de dispersar las protestas que llevaban casi siete semanas en la plaza de Tiananmen, en Pekín.
Tal fue la represión contra el movimiento que exigía mayores libertades y el fin de la corrupción que el incidente se conoció como la «masacre de Tiananmen».
La contundencia con que las autoridades chinas decidieron poner fin a la protesta les valió una dura condena casi global. Incluyendo la de una congresista del estado de California, en EE.UU.
Pelosi había viajado a Pekín como parte de un comité del Congreso, pero junto a tres colegas evadió a sus acompañantes y desplegó un pequeño estandarte pintado a mano que decía: «Por los que murieron por la democracia en China».
«La policía los cercó rápidamente, forcejeó con los reporteros que cubrían el evento y expulsó a los legisladores de la plaza», cuenta Zhu.
En aquel momento, la Cancillería china denunció el incidente como una «farsa premeditada».
La movida le generó críticas a la legisladora.
Mike Chinoy, uno de los reporteros que cubrió el incidente, aseguró que no sabía lo que Pelosi iba a hacer, pero igualmente fue encarcelado durante varias horas.
«Fue mi primera experiencia con las inclinaciones de Pelosi de hacer gestos de alto perfil diseñados para enfadar a los líderes comunistas, independientemete de las consecuencias», dijo el periodista a la revista Foreign Policy.
Prisioneros políticos
Pelosi también ha hecho varios intentos por lograr la liberación de activistas en China y Tibet.
En 2002, la actual líder de la Cámara intentó entregarle directamente al entonces vicepresidente chino Hu Jintao cuatro cartas en las que le solicitaba la liberación de los activistas.
Hu decidió no recibir las cartas.
Según algunos reportes, siete años después, Pelosi le entregó una carta de manera personal a Hu Jintao, cuando el funcionario ya había asumido la presidencia del país, pidiendo la liberación de activistas, incluído el reconocido disidente Liu Xiaobo.
Liu fue galardonado en 2010 con el Premio Nóbel de la Paz, pero no se le permitió viajar a Noruega para recibir el honor. Falleció de cáncer en 2017, aún bajo custodia china.
Los Juegos Olímpicos
Casi desde 1993, la líder demócrata en la Cámara se ha opuesto a los intentos de China por recibir los Juegos Olímpicos, argumentando violaciones a los derechos humanos por parte de las autoridades del país.
En 2008, Pelosi le solicitó de manera infructuosa al entonces presidente de EE.UU. George W. Bush que boicoteara la inauguración de los Juegos Olímpicos de verano en Pekín.
De la misma manera, este año, Pelosi lideró llamados para realizar un «boicot diplomático» a los Juegos de invierno que se celebraron también en Pekín por la supuesta represión de China a la minoría musulmana de los uigures.
En ese momento, la líder aseguró: «A los líderes que vayan a China a la luz del genocidio que continúa, incluso mientras ustedes están ahí sentados en sus asientos, hay que hacerles la pregunta: ¿qué autoridad moral tienen ustedes para hablar de derechos humanos en ninguna lugar del mundo?».
Igualmente, a través de los años, Pelosi ha intentado ligar el estatus comercial de China con su récord de derechos humanos, a la vez que intentó condicionar el ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC).