FUENTE: INFOBAE.
Majidreza Rahnavard fue procesado a puertas cerradas, en un juicio en el que se le sentenció como culpable de agredir a agentes de seguridad en medio de las manifestaciones que se desataron por la muerte de Masha Amini. Imágenes sensibles
El régimen de Irán anunció este lunes la ejecución de un segundo prisionero detenido y condenado en las protestas que desafían a la teocracia iraní en todo el país, y emitió imágenes en la televisora estatal en las que supuestamente se le veía matar a dos hombres a puñaladas antes de huir.
El ahorcamiento público de Majidreza Rahnavard, menos de un mes después de supuestamente matar a los dos agentes de seguridad, mostraba la velocidad a la que Irán cumplía las condenas de muerte a los detenidos en las manifestaciones que el régimen quiere sofocar.
Al menos una docena de personas han sido condenadas ya a muerte en juicios a puerta cerrada, según activistas. Al menos 488 personas han muerto desde el inicio de las protestas a mediados de septiembre, según Activistas de Derechos Humanos en Irán, un grupo que monitorea las protestas. Otras 18.200 personas han sido detenidas por las autoridades.
El director del grupo Iran Human Rights, con sede en Oslo, Mahmood Amiry-Moghaddam, afirmó que Rahnavard “fue condenado a muerte basándose en confesiones coaccionadas tras un proceso manifiestamente injusto y un juicio espectáculo”.
“La ejecución pública de un joven manifestante, 23 días después de su detención, es otro grave crimen cometido por los dirigentes de la República Islámica y una escalada significativa del nivel de violencia contra los manifestantes”, declaró a la AFP.
Composición de la agencia Mizan News muestra el público que se acercó a ser testigo de la ejeccución de Majidreza Rahnavard (via AFP)
Rahnavard habría apuñalado a dos miembros de las fuerzas de seguridad y herido a otros cuatro el 17 de noviembre, según la agencia iraní Mizan, controlada por la dictadura del país.
Imágenes emitidas en la televisora estatal mostraban a un hombre que perseguía a otro y daba la vuelta a una esquina, después se alzaba sobre él y le apuñalaba cuando el otro había caído contra una motocicleta estacionada. Otro video mostraba al mismo hombre apuñalando a otra persona a continuación. El agresor, que según la televisora estatal era Rahnavard, huía corriendo.
El reporte de Mizan identificó a los fallecidos como “estudiantes” basij, unos voluntarios paramilitares de la Guardia Revolucionaria iraní. Los basij se han desplegado en grandes ciudades, donde han atacado y detenido a manifestantes, que en muchos casos han contraatacado.
El reporte de Mizan no daba motivos para el supuesto ataque de Rahnavard. Se le acusaba de intentar huir a un país extranjero cuando fue detenido.
Mashhad, una ciudad sagrada chií, se encontraba unos 740 kilómetros (460 millas) al este de la capital iraní, Teherán. La localidad ha registrado huelgas, cierres de comercios y manifestaciones, dentro de las protestas iniciadas por la muerte el 16 de septiembre de Masha Amini, una mujer de 22 años que había sido detenida por la policía iraní de la moral.
Rahnavard fue condenado en la Corte Revolucionaria de Mashhad, según Mizan. Esas cortes han recibido críticas internacionales por no permitir que los acusados elijan a sus abogados o tengan acceso a las pruebas en su contra.
El régimen de Irán anunció este lunes la ejecución de un segundo prisionero detenido y condenado en las protestas que desafían a la teocracia iraní en todo el país. (REUTERS)
Rahnavard fue condenado por “moharebeh”, una palabra farsi que significa “luchar contra Dios”. El cargo se ha empleado en otras ocasiones en las décadas desde la Revolución Islámica de 1979, y conlleva la pena de muerte.
Irán es uno de los países que más ejecuciones celebra, normalmente en la horca. El pasado jueves ejecutó a un primer prisionero detenido durante las manifestaciones.
Amnistía Internacional dice haber obtenido un documento firmado por un comandante de la policía iraní que pide que se “complete” la ejecución de un preso “en el menor tiempo posible”, y que su condena se haga en público “como gesto alentador para las fuerzas de seguridad”.
En medio de las protestas, Irán sufre también por una crisis económica que ha hecho que su moneda, el rial, caiga a un nuevo mínimo récord frente al dólar.