FUENTE: INFOBAE.
Hay más de 40 mil especies que corren riesgo de desaparecer, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Posicionados en distintas partes del planeta, estos animales son esenciales para la salud de los ecosistemas
El cambio climático, el avance de la humanidad sobre los espacios verdes y los hábitats naturales, además de otros aspectos, pusieron muchos animales al borde del exterminio. Para decirlo en cifras, más del 20% de las 7,7 millones de especies de la Tierra pueden desaparecer. Sin embargo, para ingresar en la categoría de “peligro de extinción” todos los representantes de ese conjunto de animales deben correr riesgo de morir sin dejar descendencia.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, según sus siglas en inglés), el organismo internacional de protección de las especies que elabora la llamada “lista roja”, más de 40.000 especies de animales se encuentran en peligro de extinción en la actualidad, según las condiciones de cada una. Este número se traduce en el 28% de las especies evaluadas. Asimismo, los expertos señalaron que el 13% de las aves, el 21% de los reptiles, el 26% de los mamíferos, el 41% de los anfibios, el 37% de los tiburones y rayas y el 28% de los crustáceos están en estado de peligro.
Si bien algunas especies pueden encontrarse en esta situación por situaciones especiales, los expertos advirtieron que los causales generales se pueden resumir en destrucción y fragmentación de los hábitats, cambio climático, caza ilegal e introducción de especies exóticas.
Infografía de Marcelo Regalado con información de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, según sus siglas en inglés)
Los expertos señalaron que, pese a que la conservación de las especies en peligro de extinción es una tarea enormemente compleja, se pueden realizar acciones para evitar el desarrollo de estos factores nocivos e impulsar aquellos que son en beneficio para los animales, como crear reservas naturales, impulsar planes de reproducción y reintroducción y mejora genética, e impedir o mitigar el cambio climático.
En palabras de los especialistas, existen numerosas ventajas cuando se frena la desaparición de animales y vegetales. Es por este motivo que los conservacionistas reunieron evidencias que advierten que los ecosistemas con un amplio rango de especies son más estables y resistentes, y menos propensos a secarse repentinamente. Dicho de otro modo, cuantas más especies de fauna y flora se encuentran en un lugar, esta zona es menos propensa a desaparecer como ecosistema.
Hay varias formas de explicar la utilidad de cada especie para la vida del planeta. Algunos pueden ser obvios, como son las plantas y los animales que sirven de alimento para los humanos o proveen oxígeno, pero la flora depende de los pequeños insectos para poder polinizarse, transportar sus semillas, entre otros aspectos. Por lo cual, si estos pequeños contribuyentes desaparecen, lo harán las plantas.
Cada especie es esencial dentro del ecosistema que la contiene / (Getty Images)
Además, si los alimentos comenzaran a escasear se deberían crear artificialmente, con aspectos sobre los nutrientes que podrían quedar en jaque. En los años ‘90 los biólogos detectaron con gran precisión cómo beneficia a los seres humanos la presencia de gran variedad de plantas y animales por su servicio al ecosistema del que todos formamos parte.
Si bien el proceso de desaparición de animales es algo natural, actualmente las especies se están extinguiendo con un ritmo mayor que en el pasado y todo conduce a pensar que la intervención del ser humano tiene mucho que ver con eso.
En tanto, en 2015, el equipo liderado por el ecologista Robert Costanza concluyó que resguardar la biodiversidad preservaría una riqueza 100 veces mayor a los costos de pagar por todo lo que implica el trabajo de conservación y recuperación de animales. Es decir, conservar la naturaleza es una inversión asombrosamente conveniente.
En los años ‘90 los biólogos detectaron con gran precisión cómo beneficia a los seres humanos la presencia de gran variedad de plantas y animales por su servicio al ecosistema del que todos formamos parte
Pero esto no es todo, ya que coincidentemente con estas argumentaciones, en 2010, un trabajo de investigación concluyó que una extinción desenfrenada de especies podría generar, para el año 2050, una pérdida equivalente al 18% de la producción total de la economía global.
Por último, y antes de enumerar las 20 especies emblemáticas que podrían desaparecer de la faz de la Tierra, es importante destacar que son miles las que se encuentran en peligro de extinción, las cuales están dispersas por distintas latitudes del planeta. Aquí, un repaso de los datos recabados por la IUCN y la Fundación Vida Silvestre.
Cuáles son las 20 especies emblemáticas que se encuentran en peligro de extinción
1- Gorila de montaña
Gorila de montaña. Sólo quedan dos poblaciones en libertad en África oriental (EFE)
2- Oso polar
Oso polar: Habita el hemisferio norte, es el único gran predador del Ártico (Pxhere)
3- Visón europeo
Visón europeo: se estima que quedan 500 ejemplares
4- Tigre de Sumatra
El tigre de Sumatra está bajo una gran presión debido a la caza furtiva y la reducción del hábitat de la jungla (Getty Images)
5- Rinoceronte blanco
Rinoceronte blanco: se estima que quedan 18.000 ejemplares en la zona donde habita, el continente africano
6- Leopardo de las nieves
Leopardo de las nieves: habita en Asia Central, en 12 países particularmente, como son: China, Bután, Nepal, India, Pakistán, Afganistán, Rusia y Mongolia (EFE/Louisville Zoo)
7- Ocelote
Ocelote: entre las causas que lo colocan en esta situación de peligro de extinción se encuentran la pérdida de su hábitat, la cacería ilegal y la disminución de sus presas (iStock)
8- Chimpancé común
Chimpancé: su población está disminuyendo por la desaparición de los bosques a causa de la minería, la ganadería, la tala y otras formas de explotación de los recursos naturales en el África (Getty Images)
9- Pangolín
El pangolín, cuyo hábitat se encuentra en Asia, son víctimas del comercio ilegal a gran escala para alimentar la demanda de su carne y de las escamas que los protegen
10- Orangután de Borneo
Orangután de Borneo: existen unos 14 mil individuos por lo que está considerado en peligro crítico de extinción (Getty Images)
11- Ajolote
El ajolote, una especie típica de México, se encuentra en peligro crítico de extinción. El número de individuos ha descendido de forma drástica en los últimos años
12- Atún rojo
El atún rojo habita en el Atlántico Norte y sus mares adyacentes, sobre todo en el mar Mediterráneo. La sobre explotación lo está poniendo en peligro
13- Oso pardo europeo
Oso pardo europeo: sus escasas poblaciones están aisladas entre sí, lo que no permite que se puedan relacionar y limita la posibilidad de que se reproduzcan
14- Guacamayo rojo
El guacamayo rojo está en peligro de extinción en libertad, pero aún en cautividad hay muchos ejemplares (EFE/ Mark Dumont /Rewilding Argentina)
15- Pudu
El pudú se encuentra amenazado por la pérdida y fragmentación del hábitat, los atropellamientos en rutas, la depredación por perros, la caza ilegal y el impacto de especies exóticas invasoras
16- Huemul
El huemul habita la cordillera de los Andes en el área patagónica. Se estima que quedan solo alrededor de 1.500 individuos (Getty Images)
17- Aguará guazú
El aguará guazú se encuentra en peligro por la cacería, el atropellamiento en rutas, el mascotismo, la modificación y fragmentación de su hábitat, y el contagio de enfermedades por cánidos domésticos (GONZALO PRADOS)
18- Ballena franca austral
La ballena franca austral ha sufrido la caza indiscriminada. Desde el siglo XIX, su población original se redujo hasta en un 90 % (© Darío Podestá / Argentina Photo Workshops)
19- Cóndor andino
El cóndor andino está amenazado por envenenamiento por consumo de cebos tóxicos, una práctica ilegal utilizada para el control de especies predadoras (EFE/José Jácome)
20- Pingüino de Magallanes
El pingüino de Magallanes está en peligro por el cambio climático, las interacciones con las pesquerías, la contaminación por hidrocarburos, el turismo no controlado y la expansión de sus predadores