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Hablar una segunda o incluso una tercera lengua puede aportar ventajas evidentes, pero a veces las palabras, la gramática e incluso los acentos pueden confundirse. Esto puede revelar cosas sorprendentes sobre el funcionamiento de nuestro cerebro.
La investigación sobre cómo las personas multilingües hacen malabares con más de un idioma en sus mentes es compleja y a veces contraintuitiva. Resulta que cuando una persona multilingüe quiere hablar, las lenguas que conoce pueden estar activas al mismo tiempo, aunque sólo se utilice una. Estas lenguas pueden interferir entre sí, por ejemplo, entrando en la conversación justo cuando no se espera. Y las interferencias pueden manifestarse no sólo en los deslices de vocabulario, sino incluso a nivel de gramática o acento.
«Por las investigaciones sabemos que, como bilingüe o multilingüe, siempre que hablas, se activan las dos lenguas o todas las que conoces», explica Mathieu Declerck, investigador principal de la Universidad Libre de Bruselas. «Por ejemplo, cuando quieres decir ‘dog’ como bilingüe francés-inglés, no sólo se activa ‘dog’, sino también su equivalente de traducción, por lo que también se activa ‘chien'».
Concepto de inhibición
Por lo tanto, el hablante necesita tener algún tipo de proceso de control del lenguaje. Si se piensa en ello, la capacidad de los hablantes bilingües y multilingües para separar las lenguas que han aprendido es notable. La forma en que lo hacen se explica comúnmente a través del concepto de inhibición: una supresión de las lenguas no relevantes.
Cuando se pide a un voluntario bilingüe que nombre un color que aparece en una pantalla en un idioma y luego el siguiente en su otra lengua, es posible medir los picos de actividad eléctrica en las partes del cerebro que se encargan del lenguaje y la atención.