Fuente: El País.
Los maestros admiten que hay una falencia y que para ellos se ha vuelto una tarea difícil lograr que los estudiantes lean un libro. Advierten que falta el incentivo de los padres desde los hogares
En pasados días, el Ministerio de Educación, a través del a través del Programa Nacional de Post-Alfabetización, lanzó oficialmente la campaña “Bolivia lee”, con el objetivo de habilitar, este 2024, 100 bibliotecas comunitarias.
La finalidad, a decir de la directora General de Post-Alfabetización, Maribel Velásquez Aramayo, es fortalecer los hábitos de lecturas en la población boliviana. Y es que diversas autoridades en el área de educación admiten que en Bolivia existe una “crisis de lectores”.
Y esta percepción está respaldada con datos. Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) del 2023, en países como Argentina, Brasil y México el promedio de lectura por habitante es de menos de un libro al año. En Bolivia se estima que el 63% de la población no ha leído ni un solo libro, quizás debido al bajo ingreso económico que presentan, aunque este fenómeno también se da en personas con ingresos económicos medios o altos.
Eldy Praxi Urzagaste Herrera, directora departamental de Educación en Tarija, admitió que se ha ido perdiendo los hábitos de lectura en los colegios.
Lo atribuye al uso masivo de la tecnología. “Está bien la aplicación de la tecnología, pero ha sido mal utilizada. Hemos empezado a dejar de leer porque estamos con nuestro celular o preferimos los textos digitales. Pero en general, no se lee y en los estudiantes es peor, porque prefieren ver otra cosa”, lamenta.
Urzagaste destacó que uno de los objetivos del Ministerio de Educación es cambiar esa situación, fomentar la lectura, pero, sobre todo, que los estudiantes produzcan libros. Para ello, recalcó, será importante el apoyo de la familia, pues cree que la lectura se debe fomentar desde casa.
Eudal Tejerina del Castillo, viceministro de Educación Regular, explicó que la campaña “Bolivia lee” es parte de la política del Ministerio de Educación para fortalecer la lectura en los ciudadanos y dar oportunidad de acceder a un libro a aquellas personas que, por una u otra razón, no tienen esa posibilidad.
“Es para de una debilidad (la falta de lectura), pero hay que seguir trabajando para tratar de que esto mejore”, indicó. La campaña consiste en la recolección de libros, para luego crear al menos 100 bibliotecas, ya sea en barrios o en comunidades donde no haya estos espacios culturales.
Colegios en crisis
Irma Ríos Pantoja, ejecutiva de la Federación de Trabajadores de Educación Urbana de Tarija, admitió que falta de hábitos de lectura es una deficiencia con la que los maestros están tropezando, esto debido a que los escolares no están acostumbrados a los libros.
Superar este desafío, recalca, no será fácil, pero con el Ministerio de Educación se estableció una ruta a seguir por las unidades educativas. Esto implica, por ejemplo, establecer 10 minutos de lectura en los colegios, para que el estudiante agarre gusto por ciertos textos.
Pero no todo depende de los maestros o el colegio. Ríos lamentó que en esta tarea no tengan el apoyo constante de los padres de familia.
Un resumen del resumen
“Los estudiantes ya no quieren leer”, afirman quienes se dedican a la venta libros.
Don Francisco, que tiene una pequeña librería cerca de la plaza Luis de Fuentes, ofrece todo tipo de libros, para todos los gustos, desde novelas, ficción, infantiles, de suspenso, hasta libros de superación personal.
Comenta que cuando acuden escolares a su puesto, buscan libros de contenido corto, lo más resumido posible.
“Me piden resumen del resumen, ya no quieren leer. Entre risas comentan que Cien años de soledad parece la biblia”, cuenta.
Lidia Flores, profesora de Lenguaje, lo confirma. Asegura que es difícil lograr que los estudiantes lean un libro en dos semanas.
“A último momento preguntan si pueden leer el resumen. Y algunas veces ni leen, bajan un resumen de internet y lo presentan como lo escribieran ellos”, recuerda.
Flores reflexiona y recalca que el gusto por la lectura no nace de la noche a la mañana, se fomenta con constancia, un proceso que debe nacer en la familia.
El impacto de las TIC en la lectura
En un artículo publicado por la Unifranz, responsable de Enseñanza y Aprendizaje de esa universidad, Leslie Vidaurre, advierte que las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC’s) han afectado al hábito de leer un libro, pero, también, han abierto una posibilidad enorme para encontrar lecturas que fácilmente no se encuentran en librerías.
“Todo tiene un lado positivo y negativo. Sabemos que tenemos que avanzar con la tecnología la cual nos favorece de manera exponencial. Pero el hecho que hoy en día encontremos software que nos permitan escuchar los libros y dejar de leer disminuye de manera significativa el hábito de la lectura lo cual afecta a la ortografía (…). El leer enriquece nuestro vocabulario y favorece a la ortografía”, sostiene.