FUENTE: INFOBAE.
Luisa Espinoza podría enfrentar hasta 16 años de cárcel luego de que se encontraran 10.000 archivos con contenidos de pornografía infantil en los dispositivos decomisados en su casa en Guayaquil
La Fiscalía General del Estado dictó prisión preventiva en contra de Luisa Espinoza, modelo y creadora de contenido para Only Fans, por presunta pornografía infantil. Espinoza fue detenida junto a dos personas más luego de un operativo realizado por la Policía Nacional. En sus dispositivos se encontraron imágenes con niños, niñas y adolescentes.
Luisa Espinoza, de 26 años es guayaquileña y ha ganado relevancia por ser creadora de contenidos de Only Fans. En diciembre de 2022, un video viral de Espinoza indignó a gran parte de usuarios y fue señalada por pornografía infantil. Espinoza también fue integrante de un grupo de tecnocumbia y participó en un reality show en la televisión nacional. En las plataformas virtuales ganó fama luego de que se filtrara un video íntimo junto a su primo.
La mañana de este 1 de marzo, la Fiscalía informó sobre la decisión del juez de dictar la prisión preventiva contra Espinoza y los otros dos detenidos. Según el Código Integral del Ecuador, Espinoza podría enfrentar entre 13 y 16 años de prisión por pornografía infantil. En caso de que algún menor fuera familiar de la sospechosa, la sentencia se incrementa hasta 26 años.
Las autoridades confiscaron tres computadoras y 10 teléfonos móviles: “En los cuatro allanamientos ejecutados se incautaron dispositivos electrónicos con cerca de 10.000 videos con imágenes explícitas de niños y adolescentes en actos sexuales”, explicó la Fiscalía.
Se presume que los otros dos detenidos filmaban y editaban el material que Luisa Espinoza producía.
El allanamiento y la detención suceden luego de que en diciembre del año pasado se viralizara un video donde Espinoza aparecía con menores de edad. A partir de ese momento iniciaron las investigaciones.
El subdirector Nacional de Investigación contra la Violencia de Género de la Policía, Jorge Borja, ha explicado que, para el operativo en el que se detuvo a Espinoza, la Policía Nacional actuó conjuntamente con sus pares estadounidenses encargados de desmantelar redes de pornografía infantil. De acuerdo con Borja, “muchos de los videos se compartieron con personas de otros países”, por lo que los agentes estadounidenses decidieron participar en el caso.
En diciembre de 2022, en un video de Espinoza se observa como pide a estudiantes de un colegio que le tocaran los senos a cambio de dulces. (Oaxaca Digital)
Además, Borja ha revelado que Espinoza captaba a los menores de edad a través de sus cuentas en redes sociales. Esta práctica se conoce como grooming y es considerada uno de los riesgos en línea más peligrosos para los menores de edad, pues son contactados por redes de trata o de pornografía infantil, que ganan su confianza y luego los extorsionan para que entreguen contenido de tipo sexual.
El contacto electrónico con niños y adolescentes con fines sexuales está penalizado en Ecuador con cárcel de entre uno a tres años.
Se entiende como grooming al contacto de personas adultas con niñas, niños y adolescentes, generalmente para fines sexuales o de extorsión a través de identidades falsas, por las redes sociales, juegos en línea, mensajes, chats, entre otros.
Los niños, niñas y adolescentes son las principales víctimas de este delito transnacional.Además, desde el inicio de la pandemia se ha disparado el número de casos de engaño pederasta, ciberacoso para fines sexuales o grooming en el mundo entero.
En el ciberespacio, los menores navegan sin supervisión de un adulto y pueden entablar conversaciones con desconocidos que se ganan la confianza de sus víctimas, para después conseguir fotos y videos de contenido sexual que las obtienen con la intención de comercializar este material como pornografía infantil.
En julio del año pasado, un operativo policial con apoyo de Estados Unidos permitió la captura de una pareja en Ecuador que estaría vinculada a una red internacional de pornografía infantil. La detención ocurrió en Bahía de Caráquez, una ciudad costera en Manabí, a 388 kilómetros de Quito.