Fuente: El Deber.
El MAS llegó dividido a las elecciones de 2020, según un recuento de los hechos clave que hizo EL DEBER y que desembocaron en el divorcio de Evo Morales y una parte importante de su partido. Choquehuanca siempre estuvo en el centro de la crisis
El Movimiento Al Socialismo (MAS) ya estaba dividido antes de oficializar el binomio Luis Arce-David Choquehuanca. Evo Morales enfrentó una dura pugna por las candidaturas y ahí los dirigentes empezaron a mirar al líder cocalero sin ese respeto que le tenían los últimos 14 años. Morales y su entorno no querían a Choquehuanca en la dupla, pero los sectores sociales condicionaron su apoyo al MAS si es que sacaban al actual vicepresidente del binomio electoral. Se impusieron y ahí surgió la primera fricción, hace cinco años.
EL DEBER reconstruyó los momentos que marcaron la implosión del partido y conversó con varios dirigentes que recordaron los momentos clave del proceso.
Había pasado pocos días de la Navidad de 2019. Evo llamó a los sectores a Buenos Aires, ciudad donde estaba refugiado. Muchos dirigentes no quisieron ir a la reunión en la que se iba a abordar las candidaturas del MAS.
Las organizaciones le pedían al exmandatario que se aleje de la “rosca” que tenía al lado en la capital argentina y otros en diferentes ciudades del país. Ese grupo era el mismo de confianza de sus últimos años como presidente: Álvaro García, Sacha Llorenti, Gabriela Montaño, Juan Ramón Quintana, Carlos Romero, Fernando Huanacuni, Teresa Morales, entre otros actores políticos clave.
El primer quiebre se dio el 29 de diciembre de 2019. Días antes los dirigentes del entonces Pacto de Unidad se habían reunido en el mercado Santa Rosa, de la ciudad de El Alto. No querían imposiciones. Querían a Choquehuanca como presidenciable. Esos días eran intensos para el MAS. En Buenos Aires, Evo tejía su plancha. En La Paz, los sectores ya le habían dado el primer portazo.
Henry Nina, exejecutivo de los interculturales y representante del Pacto de Unidad en la última etapa de Morales como presidente, relató que en un viaje a la capital argentina Evo no le quiso dar la mano antes de iniciar una reunión. Nina le había reclamado por qué su entorno seguía asesorándolo pese a la derrota del MAS en la crisis de 2019.
Otro de los dirigentes del Pacto de Unidad en la última gestión de Morales fue Teodoro Mamani, quien era secretario general de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Cstucb) y hasta hace poco fue director del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap).
Mamani también fue crítico con Evo Morales porque quiso imponer -dijo- al binomio Luis Arce-Andrónico Rodríguez relegando a David Choquehuanca de la plancha electoral. El dirigente campesino tiene una larga trayectoria y en el camino conoció a Morales. Mamani aseguró que David Choquehuanca debía haber sido el candidato presidencial del MAS, pero admitió que al final se decidió por la fórmula que ahora gobierna el país.
Dupla del MAS
El 20 de enero de 2020 Morales se decidió por la dupla Arce-Choquehuanca y tres días después, en el mercado Santa Rosa de El Alto, los sectores aceptaron ese binomio, a pesar de que querían a Choquehuanca como presidente y a Andrónico Rodríguez como vicepresidente. A Arce no lo aceptaban, pero al final lo avalaron.
Así el MAS fue a las elecciones del 18 de octubre de 2020. Fue dividido, con fricciones y con Evo Morales como jefe de campaña desde Buenos Aires y muy resistido por los dirigentes sindicales. En esa etapa hubo muchas peleas. Una de ellas porque los sindicalistas establecieron que los allegados de Morales estaban prohibidos de optar a cargos públicos. Se referían a Quintana, Romero, García, entre otros.
Luego, el 18 de octubre Arce y Choquehuanca ganaron las elecciones con el 55% de apoyo. Evo festejó y al día siguiente emprendió viaje a Bolivia. Hizo una caravana de popularidad desde La Quiaca hasta Villa Tunari. ahí también las grietas del MAS se intentaban tapar; sin embargo, cada vez más eran más gruesas.
Es en esa época que empiezan las peleas entre Arce y Morales, a pesar de que hubo encuentros tratando de mostrar la unidad del MAS. Desde ahí pasaron tres momentos en las que se mostraban la división del oficialismo y el distanciamiento entre ambos líderes.
La primera fue la autonomía de Arce. Tras las elecciones de 2020, Morales sintió que podía seguir incidiendo en el nuevo presidente. Pasaron solo algunos meses, hasta que empezaron a crecer las demandas de Morales para cambiar a algunos de los ministros. Arce escuchaba, pero no quería responder. Entonces, el presidente convirtió al ministro Eduardo Del Castillo en una muestra de fuerza personal ante el expresidente. Evo ya acusaba a Del Castillo de ser un “protector del narcotráfico”.
En junio pasado, Arce reaccionó a la decisión de la Asamblea de censurar por mayoría a Del Castillo por supuesto tráfico de vehículos robados en Chile para así obligarlo a dejar su cargo. El mandatario lo volvió a designar.
Ahí también ingresa la crítica a Choquehuanca. El ala radical cuestiona al vicepresidente, quien fue el canciller de Morales muchos años.
Un segundo momento es la ruptura del MAS en la bancada del Legislativo. Evo y Arce estaban friccionando su relación y sus asambleístas ya empezaban también a mostrar las grietas.
Los legisladores de Morales, que son más que los de Arce, decidieron no aprobar créditos y proyectos de ley si es que no se ejecutan las elecciones judiciales y no se corta el mandato de los magistrados autoprorrogados.
“Esta decisión efectivamente está trascendiendo el ámbito legislativo y el ámbito de la economía, también está por supuesto presente en distintos ámbitos de la realidad. Es un problema interno que debía resolverse en ese ámbito; sin embargo, el nivel de tensión ha llegado a un punto que se ha expandido al sistema político en su conjunto”, consideró el analista Ludwig Valverde.
Y el último momento de tensión vuelve al inicio de esta división. Los sectores sociales, que son el sustento del MAS, se dividieron. Una mayoría apoyan a Arce, pero también hay otros que respaldan a Evo, quien decidió ser candidato presidencial en 2025.
Casi todos los ampliados y asambleas de las organizaciones sociales terminan con sillas en el aire. No hay unidad sindical y ahora incluso esa división se vio en la dirección nacional del MAS. El grupo de Arce eligió su propia directiva y trata de enterrar el control absoluto que tuvo Evo Morales sobre el partido durante los últimos 25 años.