Fuente: Ahora Digital y Aclo.
Mario Pinto, técnico de salubridad de la intendencia municipal del municipio de Villa Montes, informó sobre los parásitos encontrados en sábalos del río Pilcomayo y enviados al laboratorio para su análisis correspondiente.
Los resultados revelaron la presencia del parásito llamado “Diphyllobothrium Spp”, el cual se encuentra en aguas dulces y forma parte de la cadena alimenticia de los peces.
Según pudo conocer AhoraDigital, no todos los sábalos tienen el parásito.
Pinto explicó que este parásito puede infectar a los humanos si se consumen sábalos crudos o mal cocidos, por lo que es importante cocinar el pescado a una temperatura de 60 grados a más para asegurar la destrucción del parásito informó la Red Aclo.
Se descartó la resistencia del parásito a altas temperaturas, lo que brinda tranquilidad a la población.
El técnico de salubridad resaltó la importancia de seguir las normas de higiene al manipular y consumir el pescado, y recomendó evitar el consumo de pescado crudo o mal cocido para prevenir infecciones y manifestó que se están realizando controles en los centros de abastos para garantizar la calidad de los productos.
Recordemos que estos análisis se realizaron, luego de que se difundió en redes sociales la presencia de gusanos en los sábalos, lo cual generó molestias en los internautas por las malas condiciones de control de salubridad.
Que es el Diphyllobothrium spp
Diphyllobothrium spp. son gusanos blanquecinos, alargados y aplanados dorsoventralmente, pertenecientes al filo de los platelmintos, miden de 3-12 metros de largo (son las tenias más grandes que parasitan al hombre). Su cuerpo está segmentado y se diferencian tres partes: escólex o cabeza, cuello y estróbilo (conjunto de anillos o proglótides). La cabeza tiene dos surcos suctores o botrios que le permiten adherirse a la mucosa intestinal del hospedador.
La larva procercoide tiene forma elongada, de 6-10 milímetros de largo y con ganchos en su región posterior. La larva plerocercoide tiene el cuerpo alargado, macizo, blanco nacarado y con un escólex similar al del gusano adulto. Los huevos son ovalados o elipsoides, tienen un opérculo en el extremo y miden 58-76 micras (μm) por 40-51 μm.
Su ciclo de vida es indirecto; en él participan distintos hospedadores. El ciclo comienza cuando el primer hospedador, un crustáceo de agua dulce (copépodo) ingiere el coracidio presente en el agua. En el interior del copépodo el coracidio se transforma en larva procercoide. Después, cuando el crustáceo con el procercoide es ingerido por un segundo huésped intermediario, normalmente un pez de agua dulce, el procercoide migra a los músculos y a los órganos del pez y se transforma en la larva plerocercoide o espargano. Cuando el pez infestado es comido por el hospedador definitivo (humano o un mamífero piscívoro), el plerocercoide se fija al intestino delgado de este y allí crece, madura y comienza a poner huevos, al cabo de unos 25-30 días. Los huevos salen al exterior con las heces del hospedador, en su interior contienen un embrión inmaduro que, en el agua, a temperatura de 15-25 ºC y al cabo de 8-20 días, se transforma en un embrión ciliado o coracidio. Después, el coracidio abandona la cáscara del huevo y se desplaza en el agua hasta ser ingerido por el primer hospedador intermediario.
Efectos en los humanos: Infección
Difilobotriasis, botriocefalosis o botriocefaliasis: la infestación es asintomática en la mayoría de los casos según pudo investigar AhoraDigital. Cuando hay síntomas, generalmente consisten en malestar o dolor abdominal, diarrea, náuseas, vómitos, pérdida de peso y anemia megaloblástica por falta de vitamina B12. En raros casos, debido a una infección masiva, puede darse obstrucción mecánica del intestino y, también, afectación de la vesícula biliar por migración de las proglótides.