FUENTE: INFOBAE.
Infobae vivió desde cerca una largada y compartió un rato con los protagonistas. La intimidad de sus reuniones previo al arranque. Por qué existe tanta camaradería. Cuando la vida de uno depende de la reacción del otro
(Desde Arabia Saudita) Las motos conforman la categoría más desafiante del Rally Dakar por su peligrosidad. Sus 23 pilotos fallecidos desde la primera edición en 1979 sobre un total de 33 contando las otras divisionales, enaltece la labor de sus competidores que son conocidos como los “Caballeros”. Si bien en la mítica competencia tiene la presencia de nueve marcas, la camaradería es una religión en las dos ruedas. Son rivales al máximo, pero también pueden llegar a salvar la vida de un colega. Incluso debajo de sus máquinas se reúnen y tienen una cordial relación. Infobae pudo comprobarlo ya que asistió a la largada de un tramo cronometrado en Arabia Saudita.
Los guerreros de las dos ruedas son atletas que durante 10/12 horas corren parados soportando el calor, frío y lluvia. Si bien su peso por lo general no supera los 80 kilos, tienen el entrenamiento y equilibro para domar una moto que pesa 150. Poder llevarla a rápido (este año se limitó a 160 km/h por un tema de seguridad) y trepar dunas de 20 metros o más. Es el vehículo más complicado para manejar de las cinco categorías en el Rally Dakar. Cabe recordar que el creador de la carrera, Thierry Sabine, era motociclista y a fines de 1977 en una carrera en África estuvo dos días perdidos. Aquella experiencia lo marcó y tras ser rescatado quiso gestar una competencia que uniera la supervivencia y el mérito deportivo. Ese fue el punto de partida de esta carrera.
Para vivir desde adentro el mundo de los motociclistas, este medio fue a la tercera etapa que unió Alula con Ha’il. Hubo que salir a las seis de la mañana para poder recorrer 75 kilómetros y llegar con antelación al lugar de partida que estuvo pautado para las 7.30. Luego de la recarga de combustible, en el sector de la partida se pudo ver a algunos pilotos, entre ellos los dos chilenos de Honda, Pablo Quintanilla e Ignacio Cornejo y el australiano de KTM, Toby Price. Estaban sentados en la parte posterior de un camión que traslada los abrigos de los corredores, quienes parten con ello desde el campamento y luego lo depositan en una bolsa que lleva el número de su moto para poder retirarlo a la llegada.
A los pocos minutos llegaron los argentinos Franco Caimi (Hero), Diego Llanos (Rieju) y los hermanos salteños, Kevin (KTM) y Luciano Benavides (Husqvarna). Se agregó el español Lorenzo Santouno (Sherco) y otros hicieron los mismo. El encuentro entre los compañeros fue ameno, se contaron historias del día anterior y sonrieron mientras comieron alguna barra de cereal. El clima tenía similitudes al de una juntada en un bar. No pareció que todos ellos pelean por lo mismo y solo uno será el ganador el domingo 15 de enero.
Tal es el respeto que en un momento quedaron solo los hispanos y al sumarse el estadounidense Ricky Brabec (Honda), dejaron de hablar en español y lo hicieron en inglés para poder incluir en la charla al estadounidense. La reacción fue inmediata.
A medida que se aproximó el momento de la largada el repertorio siguió con el precalentamiento y luego cada uno se metió en su propio mundo con una plena concentración. Para saber más detalles de lo que hacen en la previa, Luciano Benavides afirma que “llegamos, echamos nafta a la moto para andar con el tanque lleno, nos sacamos la campera y los abrigos que traemos, cambiamos las antiparras para el sol. Nos preparamos, tomamos un poco de agua. Luego nos preparamos para entrar en el control horario para que nos den el roadbook (hoja de ruta) y nos quedan 20 minutos para alistarnos para largar”.
De izquierda a derecha: Lorenzo Santouno (de espaldas), Joan Barreda Bort, Pablo Quintanilla, Kevin Benavides, Luciano Benavides y Nacho Cornejo. Representantes de cinco marcas y tres nacionalidades. Todos pelean adelante (Shakedownteam)
Además, hay un dogma que va más allá de la batalla entre las nueve marcas (KTM, Honda, Yamaha, Sherco, Husqvarna, Rieju, Hero, Gas Gas y Kove). Se trata de rescatar a un colega ante algún inconveniente y en ocasiones son los primeros que llegan al lugar en caso de un accidente. O también pasa que cuando alguno tiene problemas en la navegación con la lectura de la hoja de ruta, otro se acerca para ayudarlo e indicarle cómo continuar.
El ser ladero de un compañero de equipo es algo común y de hecho en cada escudería están los denominados “mochileros”, que son los corredores que en principio no podrán pelear por una victoria, sino que deben respaldar a los pilotos principales y asistirlos en caso de que tengan algún inconveniente. Es como una moto de auxilio. Las reglas están claras y más allá de ser contratados para cumplir con esa función los egos quedan de lado y su objetivo es poder completar la carrera, algo de por sí ya muy complicado.
Sobre la camaradería, el menor de los Benavides agrega que “en el rally se vive diferente esa relación. Vamos solos mucho tiempo en el desierto y corremos contra el tiempo. Hay una buena amistad entre todos los pilotos y creo que eso está bueno también. Nos arriesgamos mucho todos los pilotos. Cada vez que uno va a adelante hay cierto respeto y es diferente a lo que sería en motocross u otro tipo de disciplina que hay más contacto”.
Este medio habló con otros referentes quienes explicaron por qué abunda la solidaridad en el más alto nivel profesional del rally raid. “Somos pilotos que venimos corriendo hace diez años juntos. Todos conocemos el riesgo que implica estar en la categoría y más estar adelante y abrir la ruta. Sobre todo, como está el ritmo ahora, cada vez más alto. Está cada vez más ajustado y cada vez hay más pilotos en condiciones para estar adelante y eso genera un respeto mutuo. Hay una gran admiración entre los que estamos adelante por el mismo hecho del peligro que significa estar peleando en los puestos de punta”, afirma el chileno Quintanilla. Su compatriota Nacho Cornejo agrega que “es la más peligrosa y sabemos que en algún momento uno de tus rivales te puede salvar la vida. Por eso está este compañerismo a pesar de que peleas los minutos, los segundos, hay una camaradería que no se da en muchas disciplinas. Cuando pasa algo grave nos quedamos con el colega y pedimos el helicóptero de ser necesario”. En tanto que el francés Adrien Van Bereven (Honda), sostiene que “hay buen ambiente porque sabemos a lo que estamos expuestos. Todos en algún momento hemos ayudado a algún compañero y al revés”.
Cabe recordar que cuando un piloto asiste a otro que tuvo una caída luego se le devuelve su tiempo. Pasó con Luciano Benavides quien ayudó a Brabec luego de un golpe que tuvo y llamó al helicóptero. Los 12 minutos que perdió luego se le descontaron. Esta variante reglamentaria está en todas las categorías, pero en las motos es la más usada.
Los trabajos físicos de Nacho Cornejo antes del arranque (Shakedownteam)
Por otro lado, Kevin Benavides, ganador en 2021,cuenta qué siente cuando ve a un colega tirado o se entera luego de alguna lesión: “Es algo que no nos gusta ver, esperamos que no suceda y te afecta porque psicológicamente porque no querés ver a nadie en el piso. Este es un deporte en el que competimos para ganar, pero tratamos de ser lo más compañeros posibles. Es bastante duro después de una caída poder continuar, pero hay que tratar de vaciar la mente y de volver a estar lo más concentrado posible porque eso permite protegernos a nosotros mismos”.
Desde hace varios años la categoría motos es la más competitiva ya que al tener no menos de 15 pilotos oficiales todos ellos cuentan con buenos medios mecánicos. En este Rally Dakar se ratificó este panorama y hubo seis ganadores distintos en la misma cantidad de etapas disputadas y cuatro líderes en la clasificación general. Otro dato es que el futuro ya llegó y las figuras actuales tienen enfrente a jóvenes como el estadounidense Mason Klein (KTM), quien ganó un parcial y llegó a comandar las posiciones globales. En la edición pasada el norteamericano de 21 años fue elegido como “Debutante del año”. Esa combinación de competitividad y camaradería es otro legado que dejó el recordado Sabine.