FUENTE]: INFOBAE.
Se trata para muchos de un lugar atractivo para revisar las redes sociales o leer algo en un dispositivo móvil. Sin embargo, según los expertos, este hábito podría dañar la salud
Vamos a dejar algo claro: mucha gente utiliza dispositivos portátiles —teléfonos, principalmente, pero también consolas de juegos móviles como la Nintendo Switch y la Steam Deck— mientras está sentada en el inodoro.
Increíblemente, se han realizado algunas encuestas sobre el tema. En una realizada por NordVPN a principios de este año, el 65% de los encuestados (de 9.800 adultos consultados) dijeron que usaban sus teléfonos en el baño. Pero también es algo anecdótico. El hábito no es nuevo; la gente ha guardado libros y revistas junto al asiento de porcelana durante décadas.
Con dispositivos cada vez más pequeños y portátiles en nuestros bolsillos, parece intuitivo que recurramos a ellos en un momento de tranquilidad. “Hay dos tipos de personas en el mundo”, sostuvo en diálogo con The Washington Post Nir Eyal, autor y conferenciante que escribe sobre hábitos, concentración y comportamiento humano. “La gente que mira su teléfono en el baño, y la gente que miente sobre el hecho de mirar su teléfono en el baño”.
Esta costumbre, que a muchos les ahorra tiempo porque aprovechan momentos que antes eran inútiles, puede llegar a ser muy perjudicial para la salud (Getty Images)
Normalmente, esta práctica se mantiene detrás de las puertas de los baños con llave y se deja sin discutir abiertamente. Pero en octubre se produjo un cambio de paradigma, provocado por el lanzamiento de Marvel Snap, un nuevo juego de cartas disponible en teléfonos y tabletas. “Marvel Snap es el mejor juego al que se puede jugar en el retrete actualmente”, tuiteó el popular streamer y creador de contenidos Saqib “Lirik” Zahid a sus casi 650.000 seguidores.
Esto llevo a la siguiente pregunta: ¿es saludable sentarse en el inodoro con un teléfono? “Por lo general, no conviene pasar más de 10 minutos en promedio” en ese lugar, dijo la doctora Roshini Raj, gastroenteróloga de la NYU Langone y autora de Gut Renovation, un libro sobre la salud digestiva. Aunque Raj reconoce que, como ocurre con muchas cosas en medicina, no hay una respuesta única para todos los casos, señala tres posibles puntos de dolor.
Muchas personas sufren hemorroides, pero los síntomas no siempre son obvios (Getty Images)
En primer lugar, sentarse durante periodos prolongados puede provocar hemorroides, unas venas hinchadas en la zona anal que a veces resultan dolorosas. Parte de esto se debe al diseño funcional único del inodoro. “Hay un agujero en el centro”, detalló Raj. “Y así, la zona anorrectal propiamente dicha cuelga un poco más abajo que la parte que se apoya, los muslos. Sólo por esa posición, la gravedad hace que todo cuelgue un poco, y eso provoca presión en las venas. Así que incluso si no estás esforzándote, si estás sentado pensando en otra cosa, haciendo otra cosa, hay algo de presión que se aplica a esas venas”.
“El acto defecatorio debe ser relativamente breve o darse en un lapso convencional ya que cuanto más tiempo uno se encuentra en el inodoro, sea por el intento de evacuar o por circunstancias tecnológicas, más perjudica al organismo en término de las presiones a las que son sometidas las venas que se encuentran en el sector perianal que se dilatan y generan hemorroides”, explicó a Infobae el doctor Edgardo Smecuol, especialista del Hospital de Gastroenterología Bonorino Udaondo de Buenos Aires y expresidente de la Sociedad Argentina de Gastroenterología.
“En líneas generales, estar sentados mucho tiempo favorece esta circunstancia. Más aún cuando el sector rectoanal soporta todo el peso cuando los muslos no lo hacen. El mayor esfuerzo defecatorio también puede general un prolapso rectal, es decir que una parte del intestino final salga para el exterior”, agregó.
Las hemorroides, también llamadas almorranas, son venas hinchadas en el ano y la parte inferior del recto, similares a las venas varicosas (Christin Klose)
Más sutilmente, también existe el riesgo de que tu cuerpo empiece a ignorar sus propias señales. El peristaltismo es el nombre de las contracciones progresivas que mueven las heces a través del intestino hasta el recto. Pero sentarse en el wáter durante largos periodos de tiempo sin hacer nada puede dificultar ese proceso.
“Si estás sentado durante mucho tiempo y no vas al baño, ese tipo de proceso se detiene realmente”, sostuvo Raj. “Tu cuerpo puede empezar a no reconocer esas señales también, por lo que puede conducir al estreñimiento si estás sentado durante períodos prolongados en el inodoro sin realmente tener un movimiento intestinal”. Este riesgo, según la especialista, es más probable que sea uno de los muchos factores que intervienen en problemas como el estreñimiento, y no la fuerza motriz.
En la misma línea, Smecuol indicó: “El acto defecatorio nos convoca a través de un reflejo. Si uno permanece durante mucho tiempo sentado indicándole al sistema digestivo que está evacuando puede provocar una gran confusión de señales. Esto puede generar como consecuencia desde un bolo fecal hasta la incontinencia”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe que la falta de higiene es uno de los factores principales de riesgo para adquirir enfermedades infecciosas (Franziska Gabbert)
Luego está el factor más obvio: los baños pueden ser antihigiénicos. Las investigaciones demuestran que la descarga del inodoro puede aerosolizar agentes patógenos y propagarlos a las superficies cercanas. Eso puede incluir tu teléfono, si se apoya en un lavabo junto al inodoro, por ejemplo. Pero incluso más allá de las bacterias en forma de aerosol, existen riesgos derivados de la simple falta de higiene.
“Veo a mucha gente que se intoxica o se contagia de diferentes cosas por no tener buenas prácticas de higiene en el baño”, remarcó la experta. Si juegas a los videojuegos o usas el teléfono en el baño, probablemente estés tocando muchas cosas que no querrías tener en tu dispositivo. “Sólo creo que, en general, si estás en el baño defecando o tratando de hacerlo, no deberías usar tus dedos en nada más”.
En los inodoros públicos suele haber muchas bacterias patógenas. Es decir, malignas: como la Escherichia coli, una bacteria que está en las heces y que puede producir problemas como la diarrea (Getty Images)
Si nos mantenemos dentro de unos límites de tiempo saludables y, sobre todo, mantenemos siempre una buena higiene personal, es probable que nuestro comportamiento no tenga que cambiar. Pero si queremos hacer un cambio, hay algunas formas sencillas de hacerlo.
“Para empezar, no asignes un valor moral a permanecer demasiado tiempo en el baño”, advirtió Eyal. La reflexión sobre el comportamiento puede ser “más perjudicial para nuestra salud mental que el propio comportamiento”, dijo. Sólo hay que ser intencionado con el comportamiento, estableciendo planes sobre lo que se hace en determinados entornos.
“No hay nada malo en llevar el teléfono al baño durante unos minutos y hacer tus necesidades y luego salir”, recalcó. “Pero si decís: ‘Planeé estar con mis hijos, pero ahora me quedé en el baño durante 30 minutos haciendo scroll en TikTok o Instagram’, bueno, ahora estás distraído, porque planeaste hacer algo y no lo estás haciendo. Así que ese es el mejor consejo: saber qué querías hacer con tu tiempo para tener la prioridad de dedicar tu tiempo a esa cosa, en lugar de perderlo en el baño”.
Debido a que elevan de manera crónica los niveles de cortisol, la principal hormona del estrés de nuestro organismo, nuestros teléfonos podrían amenazar nuestra salud y acortar nuestra vida (Getty Images)
También es importante recordar: los teléfonos y otros dispositivos móviles no son intrínsecamente malos, ni suponen una distracción insuperable. Si te encuentras perdiendo la noción del tiempo continuamente, considera si estás atento a los factores de estrés más importantes de tu vida y a cómo te sientes en general.
“El 90% de las veces que nos distraemos con nuestros teléfonos se debe a lo que ocurre en nuestro interior”, afirmó Eyal. Y agregó: “Aburrimiento, soledad, fatiga, incertidumbre, estrés, ansiedad. Estas sensaciones nos llevan a buscar un escape de nuestra realidad actual”.
Por eso, para el experto, “una de las cosas importantes que hay que hacer con este problema, al igual que con cualquier distracción, es preguntarnos: ¿de qué estoy escapando cuando voy al baño durante 30 minutos? ¿Qué sensación estoy tratando de no sentir al pasar el rato con mi teléfono? ¿Es que mis hijos me están volviendo loco? ¿Es que el trabajo es demasiado duro? ¿Es que estoy aburrido, desganado, estresado, y ahora puedo alejar mi mente de esos problemas? El hecho es que, si no nos ocupamos de eso, si no sabemos cómo lidiar con eso de manera saludable, creo que siempre encontraremos una distracción”.