Ticketmaster | “Son una vergüenza”: la ira contra la compañía por el caos en la venta de entradas para la gira de Taylor Swift

    FUENTE: BBC.

    La imposibilidad de comprar entradas para ver a la cantante estadounidense Taylor Swift en la próxima gira por su país desató la ira de los fanáticos.

    Este viernes se iban a poner a la venta los boletos para el público en general.

    Pero el martes se había habilitado la preventa para grupos selectos que arrasaron con la boletería digital, en la que hubo largas colas virtuales, y provocaron que la compañía que se encargaba de comercializar los asientos, Ticketmaster, cancelara la venta general.

    La empresa dijo que debió suspender la comercialización por «exigencias extraordinariamente altas en los sistemas de venta y un inventario de boletos restante insuficiente». Añadió que colocó más de dos millones de entradas en un solo día para la gira y que fue una cifra récord.

    Lo sucedido volvió a poner en el tapete el negocio que maneja Ticketmaster en Estados Unidos tras su fusión con la empresa de eventos Live Nation, y tanto los fans como la propia artista y políticos de renombre alzaron su voz con quejas.

    «Esto es un fracaso colosal por parte de su empresa. Pasé horas y horas en varias colas de preventa y salas de espera, todo para nada. ¿Y vendieron TODO vía preventa? Son una vergüenza«, escribió en Twitter Elana Fishman, fanática de Swift y periodista.

    «Estuve tan cerca tres o cuatro veces y el sitio web se cayó. Fue agonizante», le dijo Nancy Abulmagd, una madre que ganó el sorteo para unirse a la preventa, a la periodista de la BBC Natalie Sherman.

    Pasó horas el martes en una fila virtual, detrás de miles de otras personas, tratando de obtener asientos para su hija de 11 años y sus amigos, solo para que el sitio web se bloqueara repetidamente y finalmente la rechazara y se quedara con las manos vacías.

    Nancy
    Pie de foto,Nancy esperaba conseguir boletos de Taylor Swift para su hija de 11 años y sus amigos.

    «La experiencia fue realmente desalentadora. Confundió mis emociones y absorbió todo mi día», dijo la mujer de 41 años, que vive en Nueva Jersey.

    «Esta fue una experiencia terrible. Estoy muy decepcionado con Ticketmaster», afirmó Joseph Rich, también fanático de la artista, en un video de TikTok.

    Taylor Swift hizo su descargo en un texto publicado como historia de Instagram. «Les preguntamos, en múltiples ocasiones si podían manejar este tipo de demanda y nos aseguraron que podían», señaló en referencia a Ticketmaster.

    «Es realmente asombroso que 2,4 millones de personas consigueran entradas, pero realmente me enoja que muchos de ellas sienten que tuvieron que atravesar diversos ataques de osos para lograrlo», siguió diciendo.

    Respuesta política

    El asunto se coló incluso en la política estadounidense. La legisladora demócrata Alexandria Ocasio-Cortez cuestionó en Twitter que se le permita a Ticketmaster acaparar el negocio de la venta de entradas.

    «Recordatorio diario de que Ticketmaster es un monopolio, su fusión con Live Nation nunca debería haber sido aprobada, y deben ser contenidos», escribió al tiempo que hizo un pedido: «Divídanlos».

    «Los tiempos de espera excesivos y las tarifas de Ticketmaster son completamente inaceptables, como se ve con los boletos para Taylor Swift de hoy, y son un síntoma de un problema mayor», escribió el congresista David Cicilline, quien supervisa el comité de competencia y antimonopolio de la Cámara Baja estadounidense.

    «No es ningún secreto que Live Nation-Ticketmaster es un monopolio sin control», añadió.

    «Culpen a Ticketmaster. Tienen el monopolio de la industria de eventos en vivo, lo que les permite salirse con la suya brindando un servicio terrible, cobrando precios de boletos exorbitantes y agregando tarifas de servicio innecesarias», dijo en Facebook Robert Reich, exsecretario de Trabajo de Estados Unidos.

    «Necesitamos desesperadamente una mayor aplicación antimonopolio para acabar con estos monopolios», enfatizó.

    Alexandria Ocasio-Cortez en el Congreso.
    Pie de foto,Alexandria Ocasio-Cortez fue una de las primeras figuras políticas en alzar su voz ante el caos por la venta de entradas de Taylor Swift.

    En una carta dirigida a Ticketmaster, la senadora Amy Klobuchar, presidenta del panel antimonopolio del Senado, expresó su «seria preocupación sobre el estado de la competencia en la industria de venta de entradas y su impacto nocivo en los consumidores».

    «El poder de Ticketmaster en el mercado primario de entradas aísla de las presiones competitivas que normalmente empujan a las empresas para innovar y mejorar sus servicios», dijo Klobuchar. «Eso puede resultar en los tipos de fallas de servicio dramáticas que vimos en este semana, en las que los consumidores son los que pagan el precio».

    Klobuchar invitó al presidente ejecutivo de Live Nation, Michael Rapino, a responder preguntas como cuánto había gastado la empresa para actualizar la tecnología para manejar los aumentos repentinos de la demanda, y qué porcentaje de los boletos de giras de alto perfil se reservaron para preventa.

    Mientras tanto, el Departamento de Justicia de EE.UU. abrió una investigación sobre Live Nation Entertainment, informó CBS, socia de la BBC en EE.UU. Dos personas familiarizadas con el asunto confirmaron la investigación, reportada originalmente en el New York Times el viernes, pero dijeron que la pesquisa es anterior al caos de esta semana.

    Taylor Swift cantando en un concierto.
    Pie de foto,Taylor Swift no hace una gira de estadios en Estados Unidos desde 2018.

    El mes pasado, el presidente de EE.UU., Joe Biden, quien expresó su preocupación de que los monopolios se han vuelto más comunes en toda la economía, dijo que su administración analizaría las tarifas de las entradas para conciertos.

    Krista Brown, analista principal de políticas en el Proyecto Estadounidense de Libertades Económicas, es parte de una coalición de artistas y otras personas que lanzaron una campaña el mes pasado para pedirle al gobierno que disolviera Ticketmaster.

    Brown dijo que tiene la esperanza de que la indignación de la enorme base de admiradores de Taylor Swift aumente la presión sobre la administración para que actúe.

    «Si hubiera una competencia saludable en este espacio, (estos problemas) simplemente no estarían presentes y los clientes o fanáticos tendrían otros servicios a los que recurrir», dijo. «Probablemente no tendrías sitios que colapsaran (…) Cuando tienes (solo) un proveedor, esto es lo que sucede».

    Decenas de miles de dólares por entrada

    En las últimas horas aparecieron ofertas en internet de reventa de entradas por decenas de miles de dólares cada una y los fanáticos acusaron a revendedores de querer hacer ganancias atronómicas con la gira de Taylor Swift.

    Ticketmaster negó esa versión y dijo en un comunicado publicado el jueves que las demoras se debieron a la alta demanda, pero que todos los boletos fueron adjudicados a «fans validados».

    Taylor Swift en 2019
    Pie de foto,La artista, que comenzó en la música country en 2006, dijo estar enojada por las demoras para comprar entradas para su gira a través de Ticketmaster.

    «La asombrosa cantidad de ataques de bots, así como de fanáticos que no tenían códigos de invitación, generaron un tráfico sin precedentes en nuestro sitio, lo que resultó en 3.500 millones de solicitudes totales del sistema, cuatro veces nuestro máximo anterior», agregó.

    Ticketmaster sostuvo, además, que el sistema de preventa está destinado a ayudar a evitar que los revendedores de boletos y los bots obtengan asientos.

    El comunicado había sido retirado de su web este viernes.

    BBC Mundo contactó a la compañía -también presente en México, Argentina, Chile y España- para preguntarle por lo ocurrido pero no obtuvo respuesta.

    En una entrevista el jueves con el canal de noticias económicas CNBC, Greg Maffei, CEO de Liberty Media -accionista de Ticketmaster- se disculpó por los inconvenientes pero afirmó que la empresa promotora de la gira de Swift los eligió a ellos porque son «la expendedora de boletos más grande y efectiva del mundo».

    «Una de las compañías más odiadas del mundo»

    La gira de Taylor Swift, denominada The Eras Tour, era altamente esperada por los fanáticos después de cinco años sin hacer una ronda de conciertos en estadios en Estados Unidos y del lanzamiento de su último álbum, Midnights, que ha encabezado las listas de éxitos de todo el mundo.

    Ticketmaster dijo que más de 3,5 millones de swifties, como se conoce a los seguidores de la artista, se registraron de antemano como «fans verificados» con la esperanza de conseguir entradas para alguno de los 52 conciertos que hará en Estados Unidos entre marzo y agosto del año próximo.

    La compañía también organizó una preventa para personas que tuvieran una tarjeta de crédito de Capital One, banco que patrocina la gira.

    En un episodio de su programa de HBO Last Week Tonight a principios de este año, el comediante británico John Oliver describió a Ticketmaster como «una de las compañías más odiadas del mundo», culpándola por los altos precios de las entradas, las exorbitantes tarifas por servicio y la escasa disponibilidad que enfrentan aquellos que esperan asistir a conciertos u otros eventos.

    Una sesión en el Congreso de EE.UU. en 2009 en la que se trató la fusión entre Ticketmaster y Live Nation.
    Pie de foto,La fusión entre Ticketmaster y Live Nation fue aprobada en 2010, pese a que hubo voces reticentes.

    El sentimiento negativo hacia la empresa es de larga data. En la década de 1990, Pearl Jam expresó su preocupación por el papel de Ticketmaster como el principal vendedor de boletos.

    El poder de la compañía no ha hecho más que crecer desde entonces. En 2010, compró Live Nation, que gestiona muchos de los establecimientos donde se hacen eventos en EE.UU. y tiene un negocio de gestión de artistas.

    Desde entonces, Ticketmaster está sujeta a la supervisión del gobierno que se le impuso para aprobar la adquisición.

    La supervisión se amplió hace unos años después de que los reguladores descubrieran que la empresa había violado los términos del acuerdo.