BBC.
Corea del Sur se encamina a una crisis sin precedentes. ¿La razón? Su población no crece al ritmo que debería.
En 2021 el país asiático volvió a registrar la tasa de natalidad más baja del mundo, pues la Oficina Nacional de Estadística apenas contabilizó el nacimiento de 260.600 niños, 11.800 menos que el año anterior, informó la agencia Yonhap.
Desde 2018 la tasa de natalidad en Corea del Sur es inferior a un hijo por mujer. Las últimas cifras oficiales muestran que esta tendencia lejos de revertirse tiende a agudizarse. Así, en los últimos 12 meses las mujeres tuvieron 0,81 niños en promedio, un dato que representa una disminución de tres puntos en comparación con 2020, y que supone además el sexto descenso consecutivo.
Esta caída en la tasa de natalidad amenaza con complicar los problemas que viene atravesando la economía del país, la cual apenas crece. En las economías más avanzadas del mundo el promedio de hijos por pareja es de 1,6; es decir, el doble que en el país asiático.
Las causas
En los últimos años, la presión económica y factores profesionales han sido claves a la hora de tomar la decisión de tener hijos, dicen los expertos.
Para las cifras de 2021, los analistas apuntan al costo de vida cada vez más alto, la subida del precio de las casas y el impacto de la pandemia de covid como principales factores que desaniman a la población a tener hijos.
En el caso concreto de la carrera profesional, las mujeres surcoreanas tienen una gran formación, explica la corresponsal de la BBC en Seúl, Jean Mackenzie, pero están lejos de haber logrado condiciones de igualdad en el trabajo respecto a los hombres.
«El país tiene la mayor diferencia salarial entre hombres y mujeres de todos los países ricos«, señala Mackenzie.
Además, el hecho de que las tareas domésticas y el cuidado de los niños siga recayendo mayoritariamente en ellas hace que sea más común que las mujeres dejen de trabajar después de tener hijos o que sus carreras se estanquen.
En esencia, indica la corresponsal de la BBC, muchas mujeres se ven todavía forzadas a elegir entre tener una carrera o una familia. Cada vez más deciden que no quieren sacrificar sus carreras.
Como le dijo una mujer a la periodista, «estamos en huelga de procrear».
«No tengo planes de tener un niño. No quiero sufrir el dolor físico de parir ni ver cómo mi carrera se perjudica», explicó la surcoreana Jang Yun-hwa en una entrevista que concedió a la BBC en 2018.
«Prefiero vivir sola y conseguir mis sueños a ser parte de una familia», agregó Jang.
Las consecuencias
Las tasas de natalidad han «disminuido notablemente» en las últimas seis décadas en las economías más grandes y avanzadas, de acuerdo a los datos manejados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Países como España también afrontan problemas demográficos similares, aunque las olas migratorias registradas en las últimas décadas, sobre todo las provenientes de África y América Latina, han paliado sus efectos.
Sin embargo, el caso de Corea del Sur es particular, porque el tamaño de sus familias se ha reducido considerablemente en unas pocas generaciones. A principios de los años 70, las mujeres tenían una media de cuatro hijos.
Esta disminución ha provocado un envejecimiento de la población y el consiguiente aumento en la tasa de mortalidad. Desde 2020 Corea del Sur ve cómo su población desciende, pues el número de muertes está superando a la cifra de recién nacidos. Solo en mayo de este año el país registró 28.859 decesos frente a 20.007 alumbramientos.
Los expertos sostienen que los países necesitan al menos dos hijos por pareja -una tasa de 2,1- para mantener su población en el mismo tamaño, sin tener que recurrir a las inmigración.
La disminución de la población puede generar múltiples problemas económicos. Por un lado, exige un mayor gasto público para responder al aumento de la demanda de los sistemas sanitarios y de las pensiones y, por el otro, el descenso de la población joven también causa una escasez de mano de obra.
Los pronósticos
Los expertos advierten que Corea del Sur podría enfrentar un «terremoto demográfico» a partir de 2030, debido al declive y rápido envejecimiento de su población.
Estudios del propio gobierno citados por la agencia Yonhap afirman que si la situación no se revierte la población en edad de trabajar caerá 35% durante los próximos 30 años.
En América Latina, Uruguay enfrenta un desafío demográfico similar al de Corea del Sur. Desde 2015 la tasa de natalidad del país sudamericano ha pasado de 1,9 hijos por mujer a 1,4 y a ello hay que sumarle la emigración de sus jóvenes, una combinación que explica por qué su población viene decreciendo.